El Pecado del Padre Alberto Cuite
La iglesia católica tiene una presencia importante dentro de nuestra comunidad hispana. México, Centro y Sudamérica profesan predominantemente la religión católica por lo cual la noticia del padre Alberto Cutie y unas fotos comprometedoras en la playa han causado revuelo.
Las fotos en las cuales aparece acariciando a una mujer además de controversia, han dividido la comunidad de Miami en dos grupos: los que validan la actitud del “Padre Alberto” porque es un “hombre” y los que condenan su actitud debido a que está “casado” con Dios.
Es fácil criticar las actitudes de otros, es cómodo señalar con dedo acusador, pero cuando es uno el que comete la falta es allí cuando pedimos comprensión, compasión: “errar es humano…”. Por eso nuestra posición no es de crítica a una sola persona sino un intento por analizar el contexto del tema.
El celibato (del latín caelebs, caelibis) se refiere al estado de aquellos que no se casan o que no tienen una pareja sexual. Si bien ha sido influenciado por la iglesia católica, también ocurre en otras religiones y ha sido practicado por filósofos (Platón por citar alguno).
El celibato es parte de las normas eclesiásticas católicas. La iglesia empezó a exigir el celibato sacerdotal entre diócesis de rito latino en tiempos tan tempranos como el siglo V y se hizo manifiesta en el Concilio de Letrán en 1123.
Es decir que no es Cristo quien manifiesta a sus discípulos que debe existir el celibato, no es la palabra de Dios en la Biblia la que exige ser célibes a los sacerdotes, sino las mismas pautas que la iglesia católica impone a aquellos que abrazan la vocación religiosa.
Lo del “Padre Alberto” no es un caso aislado. En nuestras comunidades alejadas de las capitales estas historias siempre han ocurrido pero es un secreto a voces y ya no es noticia para los medios de comunicación. Noticia es que un padre joven, carismático y bien parecido de Estados Unidos, de una ciudad como Miami sea protagonista de este “escándalo”.
En otras religiones (muchas iglesias cristianas por citar algunas), los pastores predican la palabra de Dios y son excelentes esposos y padres de familia. En algunas iglesias cristianas incluso mujeres (¿no son ellas también hijas de Dios?) son pastoras o sacerdotisas.
En reciente entrevista a raíz de la publicación de su libro en el 2006, Ama de verdad, vive de verdad, el sacerdote Curie comentó que el celibato no se escoge sino se acepta como una condición del sacerdocio en el cual, al igual que en el matrimonio, hay una promesa: “Amar de verdad para toda la vida”.
Vemos aquí la intención de un hombre, el deseo de cumplir un voto de castidad, pero la realidad dice ese voto no siempre puede ser cumplido. La pregunta que quizás surge en la mente de muchos fieles es: ¿Para qué hacer un voto que no se va a cumplir?
El caso del “Padre Alberto” no es el primero y obvio no será el último. Sin embargo este no el tema de fondo. Aquí lo relevante y lo que la comunidad se pregunta es: ¿Debe continuar exigiéndose el celibato en la Iglesia Católica? Solo hay dos respuestas: sí o no. Esto es lo que la iglesia deberá plantearse, intentando hilvanar una respuesta o mejor aún, una solución. En tanto esto no ocurra los medios tendrán siempre tema para llenar sus titulares pues el “escándalo” siempre vende.
La iglesia católica tiene una presencia importante dentro de nuestra comunidad hispana. México, Centro y Sudamérica profesan predominantemente la religión católica por lo cual la noticia del padre Alberto Cutie y unas fotos comprometedoras en la playa han causado revuelo.
Las fotos en las cuales aparece acariciando a una mujer además de controversia, han dividido la comunidad de Miami en dos grupos: los que validan la actitud del “Padre Alberto” porque es un “hombre” y los que condenan su actitud debido a que está “casado” con Dios.
Es fácil criticar las actitudes de otros, es cómodo señalar con dedo acusador, pero cuando es uno el que comete la falta es allí cuando pedimos comprensión, compasión: “errar es humano…”. Por eso nuestra posición no es de crítica a una sola persona sino un intento por analizar el contexto del tema.
El celibato (del latín caelebs, caelibis) se refiere al estado de aquellos que no se casan o que no tienen una pareja sexual. Si bien ha sido influenciado por la iglesia católica, también ocurre en otras religiones y ha sido practicado por filósofos (Platón por citar alguno).
El celibato es parte de las normas eclesiásticas católicas. La iglesia empezó a exigir el celibato sacerdotal entre diócesis de rito latino en tiempos tan tempranos como el siglo V y se hizo manifiesta en el Concilio de Letrán en 1123.
Es decir que no es Cristo quien manifiesta a sus discípulos que debe existir el celibato, no es la palabra de Dios en la Biblia la que exige ser célibes a los sacerdotes, sino las mismas pautas que la iglesia católica impone a aquellos que abrazan la vocación religiosa.
Lo del “Padre Alberto” no es un caso aislado. En nuestras comunidades alejadas de las capitales estas historias siempre han ocurrido pero es un secreto a voces y ya no es noticia para los medios de comunicación. Noticia es que un padre joven, carismático y bien parecido de Estados Unidos, de una ciudad como Miami sea protagonista de este “escándalo”.
En otras religiones (muchas iglesias cristianas por citar algunas), los pastores predican la palabra de Dios y son excelentes esposos y padres de familia. En algunas iglesias cristianas incluso mujeres (¿no son ellas también hijas de Dios?) son pastoras o sacerdotisas.
En reciente entrevista a raíz de la publicación de su libro en el 2006, Ama de verdad, vive de verdad, el sacerdote Curie comentó que el celibato no se escoge sino se acepta como una condición del sacerdocio en el cual, al igual que en el matrimonio, hay una promesa: “Amar de verdad para toda la vida”.
Vemos aquí la intención de un hombre, el deseo de cumplir un voto de castidad, pero la realidad dice ese voto no siempre puede ser cumplido. La pregunta que quizás surge en la mente de muchos fieles es: ¿Para qué hacer un voto que no se va a cumplir?
El caso del “Padre Alberto” no es el primero y obvio no será el último. Sin embargo este no el tema de fondo. Aquí lo relevante y lo que la comunidad se pregunta es: ¿Debe continuar exigiéndose el celibato en la Iglesia Católica? Solo hay dos respuestas: sí o no. Esto es lo que la iglesia deberá plantearse, intentando hilvanar una respuesta o mejor aún, una solución. En tanto esto no ocurra los medios tendrán siempre tema para llenar sus titulares pues el “escándalo” siempre vende.
***********************************************
Maribel Pérez: Aún me queda mucho por vivir
Maribel Pérez, peruana de 35 años, irradia ganas de vivir y fortaleza. Su actitud frente a la vida contrasta con su realidad inmediata: desde hace 6 meses vive conectada un ventilador mecánico para poder respirar, mientras espera pacientemente que la posibilidad de un trasplante del pulmón se pueda concretar.
Esta valiente mujer, madre de dos niños de 9 y 12 años, fue diagnosticada con fibrosis quística pulmonar en el año 2006, esto a consecuencia de dos tuberculosis que sufrió durante su niñez. Desde entonces vivió con un tanque de oxígeno que llevaba consigo a todos lados, para poder continuar su vida de madre y esposa. Pero en octubre del año 2006 sus pulmones colapsaron y entró en coma.
El cuerpo médico que la observaba sugirió a su esposo, Lorenzo Camargo, la posibilidad de desconectarla, pues debido al estado de sus pulmones no consideraban que pudiera superar el coma.
Durante 2 largas semanas, Lorenzo y sus hijos confiaron en la fuerza de Maribel, y en lugar de aprobar la sugerencia médica, esperaron por un milagro. Y éste sucedió. Al cabo de quince días Maribel despertó, para seguir luchando por su vida, pues como ella dice “No puedo darme el lujo de darme por vencida”.
De un tanque de oxigeno pasó a un ventilador mecánico que le da el aire y la fuerza suficiente para respirar y seguir confiando en una mejoría, aunque ésta sea sólo una lejana posibilidad. Sin perder la vivacidad de sus ojos y la calidez de su voz, nos cuenta: “Necesito un pulmón sano para vivir ya que mis dos pulmones están dañados. Es por eso que un primer estudio que me hicieron, la junta médica decidió que no era candidata para un trasplante de pulmón”.
Sin embargo, existe una nueva oportunidad para Maribel, pues el Doctor Mark T. Gladwin, especialista en pulmones de la Universidad de Pittsburg, se ha ofrecido a realizar un segundo estudio para ver si puede o no ser candidata para el trasplante. Maribel conoció al Dr. Gladwin cuando estuvo internada en un hospital de Maryland, y pese a que el Dr Gladwin se mudó a Pennsylvania, no perdieron el contacto.
Gracias a un seguro médico ofrecido por Kaiser Permanente, ella goza de los mejores cuidados en el Specialty Hospital de Washington DC, pero la cobertura del seguro no cubre el estudio ofrecido por el Dr. Gladwin en Pittsburg. Y de ser cubierto, se calcula que su copago podría llegar a los 80 mil dólares. Además el seguro médico sólo estará vigente hasta Septiembre del 2010.
Mientras espera pacientemente que las asistentas sociales del hospital puedan cambiar su historia, Maribel es consciente de lo complicado del trámite pero no se queja.“He aprendido a no quejarme, he aprendido a agradecer que tengo vida para luchar por ella, por mi esposo y mis hijos. Fue mi destino venir a USA, en búsqueda de un futuro mejor para mis hijos, y no me voy a dar por vencida pues vinimos para luchar” dice con severidad.
“En estas cuatro paredes me las ingenio para pasar los días, hago ejercicios por una hora, camino hacia la puerta de mi cuarto a mirar el pasillo, pues no puedo dejar mi habitación ya que el ventilador que tengo no es inalámbrico, pero no me quejo, le agradezco a Dios que tengo un cuarto, un ventana para ver la luz del día y una maravillosa y cálida atención de parte de los médicos y enfermeras”.
Le pregunto por sus hijos y se llenan sus ojos de lagrimas: “hace dos semanas que no los veo, ya que por la gripe porcina no dejan entrar a niños al hospital. Pero yo no puedo dejar de ser madre a pesar de estar hospitalizada. Cada mañana a las 6:30 de la mañana los llamo por teléfono para despertarlos y asegurarme que no pierdan el autobús al colegio. Luego por la tarde conversamos otra vez, hasta cuando pelean me llaman para hacer de arbitro”.
“Mis hijos están madurando rápidamente, para bien y para mal, pero yo no quiero que dejen de ser niños, aunque de momento, tanto Lorenzo como yo, tratamos de no alterar más nuestra vida y rutina familiar”.
Lorenzo Camargo, su esposo y compañero, trabaja construyendo cercos, y se las ingenia diariamente para cubrir el papel de Maribel en casa. “Sé que a Lorenzo también le ha afectado su nuevo rol , pero lo asume con amor, yo sólo le pido a Dios le dé más entereza y paciencia pues entre el trabajo y los hijos, el estrés que vive es bastante fuerte”.
Maribel llegó a los Estados Unidos hace 7 años , y al igual que millones de inmigrantes realizó diversos tipos de trabajos desde construcción hasta babysitter, en compañías de limpieza y en restaurantes. Es en este último tipo de trabajo donde estuvo expuesta a inhalar químicos y desinfectantes pues limpiaba las parrillas de la cocina.
“Debido a mi condición pulmonar, nunca debí exponerme de esa manera, pero tenía que trabajar. Yo quedé delicada de mis pulmones desde que padecí tuberculosis en mi infancia. Pero ya para que lamentarme, todos tenemos un destino trazado por Dios y este es el mío”.
Gracias a la intervención del Cónsul de la Embajada del Perú, Fernando Quiroz, al Padre José Eugenio Hoyos con su organización sin fines lucro, MAPAVI, y a diversos medios de comunicación que se han interesado en su caso, se ha iniciado una cruzada de ayuda para Maribel y su familia.
“Desperté de un coma, casi me desconectan, pero desperté. Para mí esa es un señal que aún me queda mucho por hacer, por mi familia, por mis hijos, una vez más te digo no me quejo, tengo que aceptar mi vida como es, pero siento que aún me queda más por vivir. En estas época de crisis la gente se queja que no tiene trabajo, que le falta dinero… pero sabes si tienen salud todo se puede”.
Colaboremos todos para mantener viva la esperanza de esta joven madre de familia, que aun en la adversidad demuestra una entereza y seguridad admirable. ¡Fuerza Maribel!
Maribel Pérez: Aún me queda mucho por vivir
Maribel Pérez, peruana de 35 años, irradia ganas de vivir y fortaleza. Su actitud frente a la vida contrasta con su realidad inmediata: desde hace 6 meses vive conectada un ventilador mecánico para poder respirar, mientras espera pacientemente que la posibilidad de un trasplante del pulmón se pueda concretar.
Esta valiente mujer, madre de dos niños de 9 y 12 años, fue diagnosticada con fibrosis quística pulmonar en el año 2006, esto a consecuencia de dos tuberculosis que sufrió durante su niñez. Desde entonces vivió con un tanque de oxígeno que llevaba consigo a todos lados, para poder continuar su vida de madre y esposa. Pero en octubre del año 2006 sus pulmones colapsaron y entró en coma.
El cuerpo médico que la observaba sugirió a su esposo, Lorenzo Camargo, la posibilidad de desconectarla, pues debido al estado de sus pulmones no consideraban que pudiera superar el coma.
Durante 2 largas semanas, Lorenzo y sus hijos confiaron en la fuerza de Maribel, y en lugar de aprobar la sugerencia médica, esperaron por un milagro. Y éste sucedió. Al cabo de quince días Maribel despertó, para seguir luchando por su vida, pues como ella dice “No puedo darme el lujo de darme por vencida”.
De un tanque de oxigeno pasó a un ventilador mecánico que le da el aire y la fuerza suficiente para respirar y seguir confiando en una mejoría, aunque ésta sea sólo una lejana posibilidad. Sin perder la vivacidad de sus ojos y la calidez de su voz, nos cuenta: “Necesito un pulmón sano para vivir ya que mis dos pulmones están dañados. Es por eso que un primer estudio que me hicieron, la junta médica decidió que no era candidata para un trasplante de pulmón”.
Sin embargo, existe una nueva oportunidad para Maribel, pues el Doctor Mark T. Gladwin, especialista en pulmones de la Universidad de Pittsburg, se ha ofrecido a realizar un segundo estudio para ver si puede o no ser candidata para el trasplante. Maribel conoció al Dr. Gladwin cuando estuvo internada en un hospital de Maryland, y pese a que el Dr Gladwin se mudó a Pennsylvania, no perdieron el contacto.
Gracias a un seguro médico ofrecido por Kaiser Permanente, ella goza de los mejores cuidados en el Specialty Hospital de Washington DC, pero la cobertura del seguro no cubre el estudio ofrecido por el Dr. Gladwin en Pittsburg. Y de ser cubierto, se calcula que su copago podría llegar a los 80 mil dólares. Además el seguro médico sólo estará vigente hasta Septiembre del 2010.
Mientras espera pacientemente que las asistentas sociales del hospital puedan cambiar su historia, Maribel es consciente de lo complicado del trámite pero no se queja.“He aprendido a no quejarme, he aprendido a agradecer que tengo vida para luchar por ella, por mi esposo y mis hijos. Fue mi destino venir a USA, en búsqueda de un futuro mejor para mis hijos, y no me voy a dar por vencida pues vinimos para luchar” dice con severidad.
“En estas cuatro paredes me las ingenio para pasar los días, hago ejercicios por una hora, camino hacia la puerta de mi cuarto a mirar el pasillo, pues no puedo dejar mi habitación ya que el ventilador que tengo no es inalámbrico, pero no me quejo, le agradezco a Dios que tengo un cuarto, un ventana para ver la luz del día y una maravillosa y cálida atención de parte de los médicos y enfermeras”.
Le pregunto por sus hijos y se llenan sus ojos de lagrimas: “hace dos semanas que no los veo, ya que por la gripe porcina no dejan entrar a niños al hospital. Pero yo no puedo dejar de ser madre a pesar de estar hospitalizada. Cada mañana a las 6:30 de la mañana los llamo por teléfono para despertarlos y asegurarme que no pierdan el autobús al colegio. Luego por la tarde conversamos otra vez, hasta cuando pelean me llaman para hacer de arbitro”.
“Mis hijos están madurando rápidamente, para bien y para mal, pero yo no quiero que dejen de ser niños, aunque de momento, tanto Lorenzo como yo, tratamos de no alterar más nuestra vida y rutina familiar”.
Lorenzo Camargo, su esposo y compañero, trabaja construyendo cercos, y se las ingenia diariamente para cubrir el papel de Maribel en casa. “Sé que a Lorenzo también le ha afectado su nuevo rol , pero lo asume con amor, yo sólo le pido a Dios le dé más entereza y paciencia pues entre el trabajo y los hijos, el estrés que vive es bastante fuerte”.
Maribel llegó a los Estados Unidos hace 7 años , y al igual que millones de inmigrantes realizó diversos tipos de trabajos desde construcción hasta babysitter, en compañías de limpieza y en restaurantes. Es en este último tipo de trabajo donde estuvo expuesta a inhalar químicos y desinfectantes pues limpiaba las parrillas de la cocina.
“Debido a mi condición pulmonar, nunca debí exponerme de esa manera, pero tenía que trabajar. Yo quedé delicada de mis pulmones desde que padecí tuberculosis en mi infancia. Pero ya para que lamentarme, todos tenemos un destino trazado por Dios y este es el mío”.
Gracias a la intervención del Cónsul de la Embajada del Perú, Fernando Quiroz, al Padre José Eugenio Hoyos con su organización sin fines lucro, MAPAVI, y a diversos medios de comunicación que se han interesado en su caso, se ha iniciado una cruzada de ayuda para Maribel y su familia.
“Desperté de un coma, casi me desconectan, pero desperté. Para mí esa es un señal que aún me queda mucho por hacer, por mi familia, por mis hijos, una vez más te digo no me quejo, tengo que aceptar mi vida como es, pero siento que aún me queda más por vivir. En estas época de crisis la gente se queja que no tiene trabajo, que le falta dinero… pero sabes si tienen salud todo se puede”.
Colaboremos todos para mantener viva la esperanza de esta joven madre de familia, que aun en la adversidad demuestra una entereza y seguridad admirable. ¡Fuerza Maribel!
********************************************
LITERATURA:MAESTRO PARA MAESTROS
León Trahtemberg Presenta novela “MAESTRO MATEO” de Eduardo González Viaña
Jamás -que yo recuerde- he participado en alguna presentación de un libro de literatura. Esta fue mi primera vez, animado por el responsable del área de la editorial quien me transmitió el deseo del autor.
La lectura me resultó ligera, grata, profunda, estimulante, aleccionadora. Algunas interrogantes sobre la verdadera existencia del perro Mateo o del sueño de Martín me acompañaron hasta el final. Particularmente sorprendente me resultó la parte en la que el relator decide irse de su casa y cortar la comunicación con su familia. También la manera de enfocar el tema de la ceguera me resultó llamativa, tanto en relación al abuelo que requería que le lean “La Divina Comedia” como en relación Tejada, en la playa, porque en esos episodios hay una riqueza conceptual, social y narrativa espectacular, como cuando escribe :“Las personas normales sólo ven las apariencias… El mundo que ven los que ven es un mundo frágil y breve, tan breve y frágil como una pompa de jabón… Para ver lo que es real, tendrías que vivir con los ojos cerrados”. O también cuando escribe “Ser ciego y soñar me trae recuerdos tristes de lo que no volveré a ser. Pero no son tristes. Un día llegué a asumir mi ceguera como un poder temible. Me dije que si el resto de los mortales apreciaba sólo las apariencias, yo podía ver lo real e imaginar lo que quisiera… Tu sabes, basta imaginar lo real para que lo sea…”
También me enganché con algunas palabras claves que el autor dejó regadas en el camino que me llevaron a buscar en internet su biografía y el mapa de la región La Libertad, lo cual corroboró mi presunción de que estaba hablando de sí mismo. Era el "ayudante hispano de un pastor religioso en Berkeley" (universidad de la que es catedrático). También ocurre cuando Martín toma el avión que atraviesa volando el golfo de México, cruza los Andes del Ecuador y luego llega a su país. Al llegar al aeropuerto, decide tomar un autobús para viajar a 600 kilómetros al norte (La Libertad-Perú, donde nació y Pacasmayo, pueblo cercano en el que pasó su infancia y adolescencia). Mi conclusión es que este cuento puede ser leído por jóvenes y adultos por igual, aunque creo que se presta muchísimo a ser leído en clase con un profesor que sepa animar luego una interesante discusión con sus alumnos, de la cual le pueden sacar un enorme provecho.
Para mayor información sobre la obra de Eduardo González Viaña, visitar www.elcorreodesalem.com.
No comments:
Post a Comment